Post sobre

Ruta interna entre Sydney y Melbourne

Es un hermoso recorrido donde nos adentraremos por las montañas nevadas de Australia y luego por una zona de lagos, que hacen de esta, una ruta de ensueño.

Indice

Es una hermosa ruta de más de 1.000 km, rodeada de montañas nevadas y lagos, la cual, es aconsejable realizar durante dos días, como mínimo o en varias paradas.

Comenzamos con un recorrido de 408 km, partiendo desde Sydney hasta llegar a Cooma, pasando por las siguientes poblaciones: Bowral, Goulburn, Canberra (la capital de Australia).

Cooma es la capital de la región de las montañas nevadas, con campos de sky, con el complejo hidroeléctrico de las Montañas Nevadas y el Parque Nacional Kosciuszko, en el cual se encuentra el Monte Kosciuszko, con una altura de 2.228 m.s.n.m, el más grande de Australia, la cabecera del famoso río Nevado, espectaculares cuevas de piedra caliza y todos los centros alpinos de Nueva Gales del Sur.

Para disfrutar mejor esta región, te recomiendo visitarla en invierno, entre los meses de junio a agosto.

​En Cooma visitamos el Snowy Hydro Discovery Centre and Café, un centro alusivo a un complejo hidroeléctrico que aprovecha el deshielo de la zona montañosa, está compuesto por 9 centrales hidroeléctricas, 16 represas varios kilómetros de acueductos, apreciamos un video de cómo fue la construcción y realmente fue muy sacrificado, especialmente, en lo concerniente a las primeras presas y túneles.

Luego fuimos a un mirador muy bonito, llamado Nanny Goat Hill Lookout, en donde le hacen un homenaje a la cabra. Allí se puede divisar la parte antigua de Cooma y el campo de pastoreo que lo circunda, ofreciendo unos atardeceres espectaculares.

Pernoctamos en Cooma, para continuar en un recorrido de 542 km, por la vía Monaro Hwy/B23 y Princes Hwy/A1. Pasamos por Bombala, Cann River, Orbost, Nowa Nowa, Lakes Entrance, Port Albert, para llegar a Fish Creek.

Esta es una región llena de lagos, ríos y canales, especiales para practicar surf o para sentarse a observar las tranquilas aguas con sus cisnes negros, también es un importante centro costero y pesquero, ubicado al Este del estado de Victoria.

Además, hay que saber que Lakes Entrance hace parte del parque Gippsland Lakes, conformado por múltiples canales navegables y una red de lagos, pantanos y lagunas, es un paisaje precioso donde se observan varios lagos entrando al mar, separados por las dunas de Ninety Mile Beach.

Fish Creek, es un pequeño pueblito que dista unos 40 km del parque Wilson’s Prom. Tanto al amanecer como al atardecer nos esperaba un concierto de catatúas. Allí pasamos dos noches.

De Fish Creek, desviamos un poco el camino para dirigirnos hacia Wilson’s Promontory National Park, un parque espectacular, al cual le dediqué un artículo especial.

Posteriormente, continuamos nuestra ruta de 171 km, por South Gippsland Hwy/A440 y M1, visitando Mornington Península y St. Kilda, de los cuales te amplío la información en mi artículo sobre Melbourne.

Como ves, es una ruta para disfrutarla de principio a fin.

Seguir leyendo

Experiencias

Experiencia en Belmira

En esta oportunidad les quiero compartir mi experiencia de nuestra salida a Belmira, la cual fue muy especial, en donde, el común denominador fue el cambio de planes y la abundante lluvia; así como el imponente paisaje, los regalos que nos ofreció la naturaleza, el contacto con colibríes, con diversas variedades de orquídeas y el bienestar que nos produjo nuestra práctica de yoga y chi kung. EL ANTES Me encontraba planificando la salida a otro sitio más cercano a Medellín; cuando, el día menos pensado, a tan solo 10 días de nuestro viaje grupal, la profesora que iba a realizar las actividades de yoga y reiki, me confirmó que, en tres días viajaba a Canadá, toda vez que le aprobaron su visa de trabajo e iniciaba labores la siguiente semana. Yo quedé como en shock. Aún no terminaba de digerir la noticia, cuando me llama el guía local de senderismo, informándome que, el hermoso sitio para el cual íbamos, estaba presentando problemas de seguridad. A eso se le suma, los altos costos que me presentaban diferentes empresas de transporte. Desilusionada, en un momento llegué a creer que se estaban presentando muchos obstáculos y que lo mejor sería no realizar la salida. Sin embargo, tomé la decisión de continuar hasta donde fuera posible. Recordé que todo es perfecto y se daría lo que hubiera de ser. Con el pasar de los días, todo comenzó a fluir. La profesora de yoga me recomendó a todo un profesional en la materia, con un enfoque diferente, pero igualmente enriquecedor para las personas que iban a la experiencia en la naturaleza. Con el guía local, definimos cambiar el destino para Belmira, que es un municipio que se encuentra a unas dos horas y media de Medellín, con un clima frío y unos paisajes hermosos. Me dijo que la caminata era 6 km de ida y regreso, muy fácil, con la posibilidad de realizar la actividad en un bosque de robles que se encuentra cerca de su casa; posteriormente, mientras las personas tomaban el almuerzo, podían disfrutar de los colibríes que llegaban a su casa y también tenían la oportunidad de conocer su jardín donde se aprecian diferentes variedades de orquídeas. Me pareció excelente el programa y lo aprobé sin hacer el reconocimiento en campo. Así mismo, conseguí un transporte más asequible a mi presupuesto. En este caso, todo era nuevo: el guía de senderismo, el profesor de yoga y hasta el transporte. Sólo me quedaba, confiar. De otra parte, muchas personas que me habían confirmado su asistencia, desistieron, llegando a pensar nuevamente si valdría la pena el esfuerzo. EL DURANTE Se llegó el día, a pocos kilómetros del pueblo, paramos en un sitio muy lindo, llamado Plaza del Río, que es como una réplica de un pueblo antioqueño, donde los turistas pueden disfrutar de todo tipo de postres y comida para picar. Llegamos a Belmira, para dar inicio a la caminata. El guía me había dicho que la caminata solo tenía un ascenso pronunciado, pero que era muy corto y que el resto del trayecto, era muy suave. Comenzamos el ascenso, llegamos a un mirador, donde se observa una panorámica hermosa del pueblo. Pensé que el resto iba a ser más suave; sin embargo, a medida que transcurría el tiempo, el camino se hacía menos fácil; especialmente, porque empezó a oscurecerse, lo que daba una señal clara de la llegada de la lluvia. Llegamos al bosque de robles y, a pesar de la llovizna, realizamos parte de la actividad. En el momento menos pensado, se soltó un aguacero que no paraba; dando con ello fin a la actividad e iniciando el descenso hacia la casa de nuestro guía local. Era tal la cantidad de lluvia que estaba cayendo, que la vía por donde veníamos parecía un deslizadero. A pesar de tener capas impermeables, las botas y los pantalones quedaron empapados por completo. Lo que no esperábamos era tener en primera fila, todo un espectáculo de color y belleza. Comenzamos por los colibríes. Y, ¿cómo no maravillarse con estos regalos que nos ofrece la naturaleza? Estábamos embelesados con las flores, cuando se suelta nuevamente el aguacero. El camino de regreso se me hizo largo y con toda la atención en que todos llegáramos bien al pueblo. Cuando veníamos en el transporte de regreso, me comenzaron a molestar por lo dura de había sido la caminata; sin embargo, nos reímos mucho con las caídas que se presentaron. DESPUÉS Creo que, a pesar de la fuerte lluvia y lo retadora que pudo ser la caminata para algunos, logramos el objetivo, que era disfrutar de los regalos que nos daba la naturaleza: de maravillarnos con los colibríes, de tenerlos tan cerca; de deleitarnos con diferentes variedades de orquídea, de plantas, del paisaje, de realizar una práctica que nos llenó de vitalidad y nos conectó con la madre tierra y de disfrutar de las risas y de la alegría de los asistentes. APRENDIZAJES De esta experiencia, me llevo los siguientes aprendizajes:

Seguir leyendo

Síguenos en nuestras redes