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Gámbita ¡Todo un paraíso en las montañas de Santander!

Si te gusta el senderismo de montaña, imponentes cañones, cascadas, cavernas, agua, practicar deportes extremos y un toque de aventura, Gámbita es el lugar ideal para ti.

Indice

Gámbita, que en lenguaje chibcha significa “El Pueblo de las Flores”, es un pequeño municipio enclavado en las montañas de la Cordillera Oriental, en el departamento de Santander, rodeado de hermosos paisajes; cuenta con un gran recurso hídrico, por lo que, en los últimos años se le ha dado un impulso al ecoturismo y, de manera especial, a deportes extremos, como el torrentismo, rapel o espeleología.

Para llegar a Gámbita, tienes dos opciones:

  • Si viajas desde Bogotá, toma la vía Tunja-Arcabuco-Vado Real-Gámbita. El recorrido es de 220 km con una duración aproximada de 4 horas.
  • Si te desplazas desde Bucaramanga, toma la vía San Gil- Vado Real-Gámbita. El recorrido es de 210 km y una duración aproximada de 3 horas y media.

En esta oportunidad, vivimos esta maravillosa aventura de tres días con la empresa Eco Experiencias S.A.S. Salimos a las 7 am, rumbo a Gámbita, una vez llegamos a nuestro destino, nos instalamos en el Hotel Campestre María Fernanda, almorzamos y nos desplazamos en vehículos 4X4 hasta el sitio donde comienza el recorrido hacia la cueva El Chocó. La caminata tiene una duración de unas 3 horas y el nivel de dificultad es bajo.

El segundo día, nos desplazamos en vehículos 4X4 e hicimos nuestra primera parada en la cascada El Divino Niño y sus alrededores, allí empezábamos a vislumbrar algo del hermoso espectáculo que nos esperaba.

Posteriormente, comenzamos nuestra caminata hacia el Manto de la Virgen, llegamos hasta la parte alta de la misma y terminamos en el Cañón de la Hondura que era nuestro destino final del día. La caminata tiene una duración de unas 4 horas y es de nivel medio-alto.

El tercer día, nos desplazamos en camionetas 4X4 hacia el inicio del recorrido de la Cascada Los Aviones, allí tomamos un refrescante baño y retornamos a Bogotá. El recorrido es de 5 km aproximadamente y es de nivel medio-bajo.

Este era un destino que no tenía previsto visitar; sin embargo, me dejó gratamente sorprendida por su paisaje tan espectacular: montañas, ríos, cascadas y cuevas rodean este maravilloso ambiente.

​Cascada El Manto de la Virgen

Comenzamos nuestro recorrido de senderismo en la base de la cascada del Manto de la Virgen, donde observamos un hermoso paisaje de montañas y cañones.

Ascendimos bordeando la cascada del Manto de Virgen hasta la parte alta de la montaña, en un recorrido de un kilómetro y unos 45 minutos de duración. Como visitamos este lugar en época de lluvias, el agua que corre por la roca, forma unas ramificaciones que se asemejan a un velo, de ahí proviene su nombre. Nosotros tuvimos la dicha de admirar esta caída de agua de unos 450 a 500 m de altura en todo su esplendor.

Si quieres, puedes regresarte o continuar hacia el espectacular Cañón de la Hondura.

Cañón de la Hondura

Continuamos ascendiendo por el filo de la montaña, por momentos parecía que íbamos a desfallecer, que no teníamos fuerzas por el sol que arreciaba sobre nosotros, pero, teníamos el mejor incentivo: el paisaje tan imponente que se abría ante nuestros ojos, lleno de montañas tanto robustas como arrugadas y con una energía muy especial.

Después del esfuerzo, vendría nuestra recompensa: ¡El Cañón de la Hondura!

Yo me sentía extasiada al ver tanta belleza, con una sensación de paz y de libertad. Definitivamente, valió la dicha el conocer ese lugar.

Allí almorzamos y recobramos las fuerzas para el descenso. Luego de un sol radiante, el firmamento se cubrió de un gris espeso, avisándonos que venía la tormenta. En cuanto llegamos algunos al destino final de la caminata, se desató un fuerte aguacero con descargas eléctricas, que parecía no tener fin. Las altas pendientes y la falta de vegetación, favorecían que el terreno se tornara jabonoso y que no tuviésemos lugar para resguardarnos. Mis amigas se encontraban aún en la ladera de la montaña y llegué a temer por sus vidas. Al cabo de una hora aparecieron sanas y salvas, eso sí, completamente emparamadas. ¡Me volvió el alma al cuerpo!  

Cascada Los Aviones

Para llegar a la cascada Los Aviones, debes realizar una ruta de senderismo de unos 5 km, en un paisaje ondulado y adentrarte en una de sus montañas. Es una hermosa cascada con doble caída de agua. En la primera, de 70 metros aproximadamente, podrás realizar deportes extremos como el torrentismo o simplemente disfrutar la conexión con la naturaleza, al ver cómo descienden sus aguas por la pared rocosa y, la segunda de 15 metros, la cual cae en un pozo, donde tendrás la posibilidad de darte un refrescante baño o recargarte de la buena energía de la cascada.  

Cascada La Humeadora

Con dos hermosas caídas de agua, la cascada La Humeadora toma su nombre, de la espesa cortina de humo que se forma por la fuerza con la que cae el agua sobre la roca. Sus aguas son de color rojizo, por el pigmento que desprenden los robledales que se encuentran a su alrededor.  

Si te gusta la adrenalina, en este lugar podrás lanzarte al pozo, a 5 o 10 metros de altura… O para los más conservadores, recorrerla por detrás de la cortina de humo.

Cueva El Chocó

Es una cueva de 15 metros de ancho por 200 metros de profundidad, la cual podrás atravesar, disfrutando de las estalactitas, las estalagmitas y del agradable sonido del agua que corre por entre las rocas; cuando llegas a la salida de la cueva, te espera una pequeña cascada con un pozo refrescante.

Para realizar esta ruta de espeleología por la cueva El Chocó, es indispensable llevar linterna y zapatos de agua, para pasar por las corrientes que discurren por ella. También puedes realizar rapel para descender por la cueva.  

Datos y recomendaciones

  • Clima: Oscila entre 17° a 25°C (Templado). Para la noche, ponte ropa abrigada, ya que, la temperatura desciende.
  • Llevar ropa cómoda para caminar, preferiblemente de secado rápido, vestido de baño, gorra, gafas de sol con filtro UV, botas de treking y zapatos de agua.
  • Para la ruta de senderismo de la Cueva El Chocó, debes llevar linterna.
  • Hidratarse constantemente.
  • Para las caminatas consumir alimentos que aporten energía, como bocadillo, panela o frutos secos (maní, nueces, almendras, pasas, pistachos, etc).
  • Hotel recomendado: Hotel Campestre María Fernanda. 

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Experiencias

Experiencia en Belmira

En esta oportunidad les quiero compartir mi experiencia de nuestra salida a Belmira, la cual fue muy especial, en donde, el común denominador fue el cambio de planes y la abundante lluvia; así como el imponente paisaje, los regalos que nos ofreció la naturaleza, el contacto con colibríes, con diversas variedades de orquídeas y el bienestar que nos produjo nuestra práctica de yoga y chi kung. EL ANTES Me encontraba planificando la salida a otro sitio más cercano a Medellín; cuando, el día menos pensado, a tan solo 10 días de nuestro viaje grupal, la profesora que iba a realizar las actividades de yoga y reiki, me confirmó que, en tres días viajaba a Canadá, toda vez que le aprobaron su visa de trabajo e iniciaba labores la siguiente semana. Yo quedé como en shock. Aún no terminaba de digerir la noticia, cuando me llama el guía local de senderismo, informándome que, el hermoso sitio para el cual íbamos, estaba presentando problemas de seguridad. A eso se le suma, los altos costos que me presentaban diferentes empresas de transporte. Desilusionada, en un momento llegué a creer que se estaban presentando muchos obstáculos y que lo mejor sería no realizar la salida. Sin embargo, tomé la decisión de continuar hasta donde fuera posible. Recordé que todo es perfecto y se daría lo que hubiera de ser. Con el pasar de los días, todo comenzó a fluir. La profesora de yoga me recomendó a todo un profesional en la materia, con un enfoque diferente, pero igualmente enriquecedor para las personas que iban a la experiencia en la naturaleza. Con el guía local, definimos cambiar el destino para Belmira, que es un municipio que se encuentra a unas dos horas y media de Medellín, con un clima frío y unos paisajes hermosos. Me dijo que la caminata era 6 km de ida y regreso, muy fácil, con la posibilidad de realizar la actividad en un bosque de robles que se encuentra cerca de su casa; posteriormente, mientras las personas tomaban el almuerzo, podían disfrutar de los colibríes que llegaban a su casa y también tenían la oportunidad de conocer su jardín donde se aprecian diferentes variedades de orquídeas. Me pareció excelente el programa y lo aprobé sin hacer el reconocimiento en campo. Así mismo, conseguí un transporte más asequible a mi presupuesto. En este caso, todo era nuevo: el guía de senderismo, el profesor de yoga y hasta el transporte. Sólo me quedaba, confiar. De otra parte, muchas personas que me habían confirmado su asistencia, desistieron, llegando a pensar nuevamente si valdría la pena el esfuerzo. EL DURANTE Se llegó el día, a pocos kilómetros del pueblo, paramos en un sitio muy lindo, llamado Plaza del Río, que es como una réplica de un pueblo antioqueño, donde los turistas pueden disfrutar de todo tipo de postres y comida para picar. Llegamos a Belmira, para dar inicio a la caminata. El guía me había dicho que la caminata solo tenía un ascenso pronunciado, pero que era muy corto y que el resto del trayecto, era muy suave. Comenzamos el ascenso, llegamos a un mirador, donde se observa una panorámica hermosa del pueblo. Pensé que el resto iba a ser más suave; sin embargo, a medida que transcurría el tiempo, el camino se hacía menos fácil; especialmente, porque empezó a oscurecerse, lo que daba una señal clara de la llegada de la lluvia. Llegamos al bosque de robles y, a pesar de la llovizna, realizamos parte de la actividad. En el momento menos pensado, se soltó un aguacero que no paraba; dando con ello fin a la actividad e iniciando el descenso hacia la casa de nuestro guía local. Era tal la cantidad de lluvia que estaba cayendo, que la vía por donde veníamos parecía un deslizadero. A pesar de tener capas impermeables, las botas y los pantalones quedaron empapados por completo. Lo que no esperábamos era tener en primera fila, todo un espectáculo de color y belleza. Comenzamos por los colibríes. Y, ¿cómo no maravillarse con estos regalos que nos ofrece la naturaleza? Estábamos embelesados con las flores, cuando se suelta nuevamente el aguacero. El camino de regreso se me hizo largo y con toda la atención en que todos llegáramos bien al pueblo. Cuando veníamos en el transporte de regreso, me comenzaron a molestar por lo dura de había sido la caminata; sin embargo, nos reímos mucho con las caídas que se presentaron. DESPUÉS Creo que, a pesar de la fuerte lluvia y lo retadora que pudo ser la caminata para algunos, logramos el objetivo, que era disfrutar de los regalos que nos daba la naturaleza: de maravillarnos con los colibríes, de tenerlos tan cerca; de deleitarnos con diferentes variedades de orquídea, de plantas, del paisaje, de realizar una práctica que nos llenó de vitalidad y nos conectó con la madre tierra y de disfrutar de las risas y de la alegría de los asistentes. APRENDIZAJES De esta experiencia, me llevo los siguientes aprendizajes:

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