Las Lagunas de Siecha son un conjunto de tres imponentes lagunas de origen glacial que se encuentran contenidas por las montañas del Páramo de Chingaza, se ubican en jurisdicción del municipio de Guasca en Cundinamarca, a una hora y 30 minutos desde Bogotá.
Éstos territorios fueron habitados por los indígenas Muiscas o Chibchas; los cuales, realizaban largas y arriesgadas jornadas de peregrinación hacia los sitios sagrados como lo son las Lagunas de Siecha. Allí le rendían tributo al agua, a la vida y a la fertilidad, adoraban a sus dioses, festejaban y depositaban sus ofrendas. De acuerdo con la investigación de algunos historiadores es muy probable que en estas lagunas, se realizara la ceremonia de ofrenda de la Leyenda de El Dorado.
Actualmente, las lagunas reciben tres nombres: Sur América, que es la más pequeña, Fausto es la mediana y Siecha, la más grande.
Iniciamos nuestra actividad de senderismo, registrándonos en el refugio, donde recibimos la información del parque y las recomendaciones a tener en cuenta. Comenzamos admirando los hermosos pastizales.
Continuamos adentrándonos en el páramo, que son ecosistemas de montaña, productores de agua por excelencia, caracterizados por la presencia de frailejones, arbustos, pajonales, pastizales, turberas, musgos y líquenes, con alturas que oscilan entre los 3.000 y 4.200 m.s.n.m. Por lo tanto, son zonas muy lluviosas, donde predomina la neblina y los repentinos cambios de clima.
Observamos el hermoso bosque de frailejones, que crece aproximadamente un centímetro por año; así que éstos podrían tener algo más de 100 años.
A medida en que nos acercábamos a las lagunas, se hacía más espesa la turba, que es materia orgánica, de un color oscuro, rico en carbono y que retiene el agua. Nos percatamos de su presencia una vez empezaron a caerse las personas con las que íbamos, sólo escuchábamos los gritos y en algunos casos, el estruendo de la caída. Lo importante era cuidarse de un desplome sobre las piedras, por las lesiones que estas podían acarrear.
Llegamos a la primera y segunda lagunas rodeados de las espectaculares formaciones rocosas y miles de frailejones, que eran solo una pequeña muestra de lo que veríamos después.
Para llegar a la última laguna, tuvimos la compañía de la neblina y unos frailejones de color verde, en los que se queda uno sin palabras al ver su belleza.
Pensamos que ahí acababa todo y que debíamos retornar al refugio, pero los guías nos ofrecieron la opción, si no estábamos muy cansados, de ir a un sitio conocido como El Mirador, que es una montaña desde la que se pueden observar las tres lagunas. Muchas personas regresaron por el mismo camino de ida y nosotros emprendimos la subida.
Íbamos a medio camino, el oxígeno escaseaba, la respiración era rápida, avanzábamos de manera lenta, nuestras piernas ya no respondían como al inicio, y pensaba si sería capaz de subir la montaña. En ese momento me dio por hacer una parada de descanso y miré hacia atrás, cuando veo ¡Semejante Paisaje! Yo quedé atónita, sin palabras, se me salieron las lágrimas de la emoción, eso fue lo que me dio la energía para continuar, el cansancio desapareció y sólo quería llegar a la cima.
Ahí fue donde entendí por qué era un sitio sagrado para nuestros indígenas, su majestuosidad y belleza no tienen nombre, es como si las mismas montañas protegieran las lagunas.
En la cima de la montaña, los indígenas realizaban sus rituales sagrados.
Del otro lado, se aprecia el bosque de frailejones sobre el filo de la montaña, una zona rocosa y al fondo, se observa el paisaje de la sabana de Bogotá. Es impresionante.
Este es un lugar mágico, adornado con la flora y fauna del páramo, con una energía muy especial, que te da paz, tranquilidad, te conecta con Dios, que lo único que puedes decir es ¡Gracias, Gracias, Gracias!
Sin duda alguna, este ha sido uno de los más hermosos y que más me han conmovido en mi vida, tienes que ir allá para saber lo que se siente.
Déjanos tus comentarios sobre este artículo y cuéntanos: ¿Cuál ha sido el sitio más espectacular que has visitado en Colombia o en otra región del mundo? Uno de esos que te dejan sin aliento.
Datos y recomendaciones:
- Cómo llegar: Te diriges desde Bogotá hasta el municipio de Guasca. Continúa hacia la Vereda la Trinidad- sector San Francisco, pasas por el sitio llamado Paso Hondo y continúas hasta el desvío donde se parquean los vehículos. Para llegar al refugio del Parque, continúas caminas por espacio de 1 km. Allí recibirás todas las instrucciones y recomendaciones para recorrer este sendero.
- Lo ideal es ir en un vehículo 4X4, dado que son trochas o caminos veredales.
- Debes hacer la reserva con anticipación para no superar la carga permitida de ingreso al Parque.
- Temperatura: 6 -10°C Clima frío.
- Altura: 3.400 m.s.n.m– 3.760 m.s.n.m
- Ecosistema: Paramo.
- Recorrido: 12,6 km aproximadamente (Ida y regreso).
- Respetar los senderos y las instrucciones del guía, para no dañar el frágil ecosistema. No dañar o cortar la vegetación.
- Abstenerse de llevar mascotas, que interfieran con la flora y fauna del lugar.
- No dejar residuos de comida, como tampoco cáscaras de frutas, semillas o algún alimento que no sea de ese ecosistema.
- Llevar botas con buen agarre, que te cubran los tobillos; uno o dos bastones para avanzar, ropa para clima frío, chaqueta rompe vientos; buena hidratación, alimentación que te provea de energía.
- Alistar tu cámara o celular, disfrutar del majestuoso paisaje, ser muy respetuoso para ingresar a éstos sitios que se consideran sagrados y estar abierto a recibir todo lo que este lugar tiene para darte.